Post by profetico on Jun 30, 2011 2:15:05 GMT -3
En su modelo de demarcación de la ciencia, Karl Popper tomó al psicoanálisis como ejemplo de pseudociencia, en contraste con la teoría de la relatividad de Albert Einstein. Popper observó que mientras las condiciones de refutación de las hipótesis de Einstein estaban determinadas con precisión y Einstein estaba dispuesto a empezar de nuevo si la evidencia no las sustentaba, las teorías de Sigmund Freud eran infalsables y le permitían reinterpretar la evidencia para mantener las hipótesis.
Aunque Popper calificaba al psicoanálisis como pseudociencia. No sugiere que no sea racional o que no sea valioso. Popper mismo declara que el psicoanálisis: "Constituye una interesante metafísica psicológica (y no cabe duda de que hay alguna verdad en él, como sucede tan a menudo en las ideas metafísicas)".
Adolf Grünbaum considerado el heredero de Karl Popper en la crítica epistemológica al psicoanálisis, considera por otro lado que el psicoanálisis sí es falsable, pero con el resultado de ser una teoría falsa.
Alan Sokal y Jean Bricmont explican en su controvertido libro Imposturas Intelectuales cómo Jacques Lacan usa el lenguaje matemático en su teoría del psicoanálisis de forma incorrecta y totalmente fuera de contexto para aparentar carácter científico. Otros autores, sin embargo, explican que el uso por parte de Jacques Lacan de un lenguaje matemático significó no el intento de demostrar matemáticamente las afirmaciones del psicoanálisis, sino una representación explícitamente metafórica de algunas de tales afirmaciones. La respuesta de Sokal es que tal uso simbólico de conceptos matemáticos, muy probablemente desconocidos por la gran mayoría de los lectores de Lacan, es de dudosa utilidad. Arkady Plotnitsky (matemático y profesor de la Universidad de Purdue de teoría literaria) resalta en particular que en el libro de Sokal y Bricmont «algunas de sus aseveraciones concernientes a objetos matemáticos y especialmente sobre los números complejos son incorrectas» lo cual hace que su ataque a Lacan (por errores similares) se convierta en patético.
El epistemólogo Mario Bunge también usa al psicoanálisis como ejemplo en su modelo de demarcación de la ciencia. Sostiene que el psicoanálisis es una forma de pseudociencia porque carece de consistencia externa: las diferentes disciplinas científicas interactúan apoyándose las unas a las otras tanto en sus aspectos teóricos como empíricos. El grave problema del psicoanálisis, sostiene Bunge, es que se trata de una disciplina aislada del resto del conocimiento (no interactúa con disciplinas obviamente pertinentes, tales como la psicología experimental, la neurociencia cognitiva y las ciencias biológicas). Más aún, el psicoanálisis es incongruente con los descubrimientos de estas disciplinas.
Por otra parte algunos filósofos de la ciencia e investigadores sostienen que el psicoanálisis sí puede investigarse científicamente. Aunque otros filósofos y psicoanalistas sostienen que el psicoanálisis no puede investigarse científicamente. En todo caso hay gran variedad de corrientes psicoanalíticas y sólo cabría plantear la posibilidad de acusar de pseudocientíficas a aquellas que se consideran a sí mismas científicas.
Autores como Van Rillaer recopilaron ejemplos sobre la forma en que Freud y otros psicoanalistas descalifican a sus críticos empleando argumentos de autoridad y falacias ad hominem.
Pese a lo anterior, el psicoanálisis es enseñado como técnica de psiquiatría/psicología en muchas universidades y aplicado en hospitales psiquiátricos y centros médicos, así como por psicólogos, psiquiatras, médicos, neurólogos y antropólogos entre otros, en algunos países incluso es la tendencia más tradicional de las ciencias mentales.
Aunque Popper calificaba al psicoanálisis como pseudociencia. No sugiere que no sea racional o que no sea valioso. Popper mismo declara que el psicoanálisis: "Constituye una interesante metafísica psicológica (y no cabe duda de que hay alguna verdad en él, como sucede tan a menudo en las ideas metafísicas)".
Adolf Grünbaum considerado el heredero de Karl Popper en la crítica epistemológica al psicoanálisis, considera por otro lado que el psicoanálisis sí es falsable, pero con el resultado de ser una teoría falsa.
Alan Sokal y Jean Bricmont explican en su controvertido libro Imposturas Intelectuales cómo Jacques Lacan usa el lenguaje matemático en su teoría del psicoanálisis de forma incorrecta y totalmente fuera de contexto para aparentar carácter científico. Otros autores, sin embargo, explican que el uso por parte de Jacques Lacan de un lenguaje matemático significó no el intento de demostrar matemáticamente las afirmaciones del psicoanálisis, sino una representación explícitamente metafórica de algunas de tales afirmaciones. La respuesta de Sokal es que tal uso simbólico de conceptos matemáticos, muy probablemente desconocidos por la gran mayoría de los lectores de Lacan, es de dudosa utilidad. Arkady Plotnitsky (matemático y profesor de la Universidad de Purdue de teoría literaria) resalta en particular que en el libro de Sokal y Bricmont «algunas de sus aseveraciones concernientes a objetos matemáticos y especialmente sobre los números complejos son incorrectas» lo cual hace que su ataque a Lacan (por errores similares) se convierta en patético.
El epistemólogo Mario Bunge también usa al psicoanálisis como ejemplo en su modelo de demarcación de la ciencia. Sostiene que el psicoanálisis es una forma de pseudociencia porque carece de consistencia externa: las diferentes disciplinas científicas interactúan apoyándose las unas a las otras tanto en sus aspectos teóricos como empíricos. El grave problema del psicoanálisis, sostiene Bunge, es que se trata de una disciplina aislada del resto del conocimiento (no interactúa con disciplinas obviamente pertinentes, tales como la psicología experimental, la neurociencia cognitiva y las ciencias biológicas). Más aún, el psicoanálisis es incongruente con los descubrimientos de estas disciplinas.
Por otra parte algunos filósofos de la ciencia e investigadores sostienen que el psicoanálisis sí puede investigarse científicamente. Aunque otros filósofos y psicoanalistas sostienen que el psicoanálisis no puede investigarse científicamente. En todo caso hay gran variedad de corrientes psicoanalíticas y sólo cabría plantear la posibilidad de acusar de pseudocientíficas a aquellas que se consideran a sí mismas científicas.
Autores como Van Rillaer recopilaron ejemplos sobre la forma en que Freud y otros psicoanalistas descalifican a sus críticos empleando argumentos de autoridad y falacias ad hominem.
Pese a lo anterior, el psicoanálisis es enseñado como técnica de psiquiatría/psicología en muchas universidades y aplicado en hospitales psiquiátricos y centros médicos, así como por psicólogos, psiquiatras, médicos, neurólogos y antropólogos entre otros, en algunos países incluso es la tendencia más tradicional de las ciencias mentales.